D.- I want to stay all year, mom.
Ya tenemos la rutina enfilada. Por las mañanas de camino al colegio, nos juntamos con Anna Sophia y Nicholas en el cruce de Pecos con Northwood. Nicholas sigue de frente sin inmutarse, mientras tú Maite cuchicheas con Anna Sophia con el paso rezagado. Y eso que llegar de las primeras te otorga el derecho a sentarte en la wobbly chair. Tu vida siempre en movimiento.
.- ¿Ya no hablas con Nicholas, Julia? te pregunto mientras me viene a la cabeza una notita que encontré en tu mochila hace un año cuando tenías 6 recién cumplidos. que decía: I love you Nicholas, I would like to kiss you behind the stage.
Tu madre, entonces, ojoplática, claro.
Apenas pronuncio la palabra “notita” sin hablar de su contenido, y me frenas en seco.
.- Mamá, para.
Llevo dos semanas recordándoos mil detalles que habíais olvidado de nuestra realidad aquí, pero parece que esto lo tienes bien presente. Te pones roja como un tomate.
Esta semana hemos tenido la reunión de padres de tu clase de 4th grade, Maite. Mrs Hanson os ha pedido que hagáis un autorretrato con algunas pistas de vuestra comida, actividad y juego favoritos, y que dibujéis a los miembros de vuestra familia. Un único requisito, que fuera anónimo, para que al llegar los padres pudiéramos adivinar cual era el tuyo y sentarnos en la mesa correspondiente.
.- Tenemos un compañero de Africa, Tim, - me contarás luego -, que tiene necesidades especiales y dos profesoras se turnan para estar con él. Esta mañana cuando hacía su autorretrato le recordé: ¡no pongas el nombre!, ¡es para que lo adivinen los padres! Y me contestó que no tiene padres.
Aunque por Northwood desfilen todoterrenos relucientes, aunque Remi y Gigi lleguen cada mañana en su carrito de golf, aunque os tropecéis con los hoverboards y otros mil juguetes olvidados en casa de Caroline, aunque éste sea vuestro microcosmos temporal, la orfandad no entiende de nacionalidades.
Mrs. Hanson ha preparado para la reunión una cestita con “stationery”, tarjetas, sobres y rotuladores de colores. Nos sugiere que os escribamos una pequeña nota, os demos la enhorabuena por haber completado esta primera semana y os dejemos deseos para el nuevo año.
El viernes, justo antes de la salida del cole, la has leído, emocionada y has corrido a abrazarnos a la salida.
El viernes, justo antes de la salida del cole, la has leído, emocionada y has corrido a abrazarnos a la salida.
Y en sólo 5 cinco días, comienza a suceder el milagro de la lectura. No solo porque os han planteado el "50 book challenge", un incentivo para leer 50 libros a lo largo del año, “que cumplieron todos mis alumnos el año pasado”, os anima Mrs. Hanson, siempre con la expectativa positiva por delante. Si no porque cada una de vuestras clases es una librería infantil colorida, con libros de todos los géneros y para todos los gustos. El aula es un lugar donde se lee a todas horas, en todas las esquinas.
Julia, tienes un "blue book bag", con tu nombre en grande, con el que te paseas del colegio a casa y en el que guardas los libros que decides llevarte cada día. Maite, nos enseñas un cuaderno a modo de "book log" en el que vas anotando tus comentarios sobre cada libro, cada autor, cada género. Hoy ha venido Anna Sophia a casa a una playdate y os habéis tirado las dos a leer en la habitación negra de Steve Ray.
.- Ha sido una playdate rara, mami, pero me ha gustado, no sé.
Julia, hoy has olvidado tu blue book bag en clase, y qué mejor excusa para volver a la biblioteca de Howson en Tarrytown para buscar títulos. De repente, en solo una semana, empezáis a tener referencias mil de autores, títulos y personajes.
.- Graphic novel Is my favourite, mom.
Nos habíamos quedado en Dogman, que nos descubrió Mrs Ross el año pasado, y ahora ya podemos explorar otros libros, como Smile o Ghosts, de Raina Telgemeier, entre otros.
Nos habíamos quedado en Dogman, que nos descubrió Mrs Ross el año pasado, y ahora ya podemos explorar otros libros, como Smile o Ghosts, de Raina Telgemeier, entre otros.
Llenamos la agenda de playdates intentando aprovechar cada segundo de nuestra estancia. Kristin, la madre de Juliet, te acoge en la piscina de sus vecinos en Sharon Lane. Se emociona cada vez que nos cruzamos en el pasillo del colegio, con una sonrisa gigante que nos recuerda siempre a Sheila, la vecina loca de Shameless.
.- I am so glad you are back, you bring a lot of light with you :) - me escribe con ternura.
Kristin no ha salido apenas de USA y nos observa e interroga con la curiosidad de quien pasea por el zoo. Lidera con pasión y entrega el Forest Club y el Girls Scouts del colegio, y tiene un toque genuino que me chifla.
Mr. David ha organizado una playdate de "start of the school year". Only girls. En la habitación de Dillan los peluches apenas os hacen paso.
.- You can choose two each, - recuerdo ahora que así lo hace siempre Mrs David, compra peluches nuevos y se deshace de los viejos, regalándoselos a las amigas que vienen a jugar. Maite, te vuelves loca con una cucaracha gigante con mando a distancia. Me sorprende que Dillan no tiene apego a ninguno de ellos. Quizás no le de tiempo.
Entre copas vino y "home baked giant cookies", recibimos un amber alert, un sistema de notificación de la policía que alerta, sin elección ni suscripción a todo teléfono de la zona, con un estridente pitido, de un coche a la fuga o un posible secuestro.
Ya van varios esta semana, que nos hacen saltar como un resorte, inmersos en la sociedad del miedo.
Ya van varios esta semana, que nos hacen saltar como un resorte, inmersos en la sociedad del miedo.
Aura os invita a un sleepover en su casa, con el corazón mexicano espontáneo de Maite y Julio, vuestros pseudo-tocayos. De repente en USA, los mundos latinos se acercan, como en el concierto de Eduardo Esteban, pianista costarricense que ha reunido en el hall principal del Austin Central Public Library a varias generaciones de muchos países de Latino America para hacer un repaso de su cultura a través de la música.
Pienso en la visión tan distinta que tenemos del continente latino desde USA y desde España, y que estamos un poco más cerca de lo que creemos. Cuando estamos lejos, todos estamos lejos.
Nos tomamos un respiro a la española por las calles de South Congress, el SoCo, con unos tacos del Güero, y disfrutamos de refilón de unos viejos, muy viejos rockeros en el Z Boys. Aquí en Austin toda la música suena bien, aunque te tiemblen los dedos hasta el fin de tus días.
Recuerdo como mi amama daba tregua al Parkinson a sus 93 años cuando se sentaba al piano, y sus dedos arrugados retaban a su cabeza cansada, bailando con gracia sobre las teclas.
Recuerdo como mi amama daba tregua al Parkinson a sus 93 años cuando se sentaba al piano, y sus dedos arrugados retaban a su cabeza cansada, bailando con gracia sobre las teclas.
Hemos charlado de las oportunidades en uno y otro país con Ariel y Angela, hemos intentado ayudar a Miriam y Stephan, recién aterrizados en Austin con Max, a encontrar sinergias de sus orígenes germano-españoles con Miguel y Rebeca, o con Montse y Angel entre la comunidad de españoles de Cedar Park. Recordando aquellas semanas recién llegados, cuando con cada conversación se nos abría un cachito de cielo.
Julia, hemos conseguido reemplazar tus gafas en el Vision Center del Walmart, después de haber acabado con las dos monturas que nos habíamos traído. Solo espero que en este mes no tengamos ninguna complicación médica, que nos haga tener que sortear un sistema complejo y desorbitado.
Hoy domingo el Austin Ballet abre sus puertas con clases cada 40 minutos entre 1 y 5 de la tarde, para que la ciudad pueda probar las clases de contemporáneo, hip hop o ballet, con una comunidad diversa de jóvenes presumidas, señoras entradas en carnes, un chico transgénero o una bailarina de corte clásico, cada uno solo preocupado de sí mismo. Maite, me has liado la manta a la cabeza y nos colamos tú y yo en una clase de contemporáneo, que disfruto como cuando bailaba con mi amiga Julia en la Facultad de Deusto.
En nuestra creepy house, la casa de los horrores en la que nos hemos alojado durante 10 días, los libros acumulan polvo en la biblioteca desde 1940 y una habitación de paredes negras y cortinas de purpurina sujeta un letrero de "let go". Hoy han han venido a vernos nuestros antiguos amigos de Robinhood, Meredith & Patrick, Wendy y Judson, Allyson y Landon, David y hasta Chris, que se ha mudado a una casa en Lakeway en los suburbios y se reúne hoy por primera vez desde hace un año con sus antiguos vecinos. Un "Sunday Funday" de los de antaño. Con americanos que no miran al reloj.
Da gusto que un domingo a las 5 de la tarde, cuando sería una hora prudencial de retirada, estemos descorchando la enésima botella de vino, mientras vosotras imagináis expediciones a Cleveland desde la piscina, montados en un gato-barca, con Oliver, Julien, Campbell, Kendal, Elizabeth, Annie, Ashton, Dillan y Caroline.
Son las 9 de la noche, hora a la que una ciudad americana ya duerme vísperas de un día de colegio, y nos hemos quedado con cinco niñas a dormir, cinco desayunos y cinco mochilas para llegar al colegio al día siguiente.
Me encantan las casas llenas de niños corriendo. Quizás lo que peor llevo aquí es la relación de esta cultura con la comida, con niños que comen y picotean constantemente y sin fuste, que decía mi madre, para dejar perritos mordidos a medias, vasos llenos de zumo extra azucarado, magdalenas con montañas de frosting solo chupeteadas y platos apenas probados, abandonados por el siguiente estímulo.
La sociedad de la abundancia, del consumo, y de los aires acondicionados a todo gas, aunque la casa esté vacía todo el día, únicamente para poder tener el alivio del frío al llegar, o más bien el supuesto alivio de pretender haber derrotado a la naturaleza.
.- Nos encanta el cole aquí, pero para el horario de comida y el recreo, me quedo con Gaudem, el cole de Madrid, - reconoces Maite.
Y es que aquí se os atraganta la comida en los diez minutos estrictos que tenéis de comedor, y se os atropella el juego en los otros diez de recreo. El resto son actividades programadas, divertidas y que estimulan el aprendizaje, pero que dejan apenas espacio para el juego libre.
En Westowood, uno de los clubs de tenis más exclusivos de la ciudad, del que son socios nuestros vecinos, hay listas de espera de tres a cinco años y se requiere, además del correspondiente desembolso, siete referencias directas de socios para ser admitido. En esta tarde de colegio en la que los Hartel nos han invitado a acompañarles en su rutina, oiremos hablar, entre otras conversaciones, de las maravillas del Gohenry, una tarjeta de crédito de colores y dibujos, customizada para niños, donde los padres pueden transferir la paga para su gasto electrónico. Nos llegará antes de lo que pensamos.
Os inventáis juegos de categorías desde el trampolín de la piscina, mientras dos socorristas de unos 16 años os vigilan y recuerdan las reglas de la piscina con un mensaje impecable. Me asombra ver esas habilidades en chicas tan jóvenes. Saciáis el hambre con raciones de pasta, patatas fritas y chicken tenders, que sobran en cada plato. Como para alimentar a muchos niños de Kunduchi en Tanzania. El mundo mal repartido. Siempre.
Charlamos con Wendy y Meredith sobre sus experiencias con los equipos de Soccer de las niñas, los niveles de exigencia de las actividades, las dinámicas de promoción de unas categorías a otras, y me quedo con el “thinking big” de este país, en el que todo es posible.
Papá está preparando con nervios y esmero sus reuniones en Washington para estas semanas. Hasta Meredith le ha puesto en contacto con una persona en Austin, un long shot que dice Papi pero porqué no, una gran oportunidad de permanecer aquí. Porque ahora ya, empezáis a oír hablar de la noche de los murciélagos, la visita a la bolera, o como se celebraría vuestro cumpleaños en clase, y solo pensáis en quedaros. Si no fuera por todo lo que es, no cogiamos ese avión de vuelta en dos semanas.
En clase Julia habéis practicado como os vais a presentar a vuestros reading buddies de PreK y qué cuentos les vais a leer. Has elegido entre otros Elephant and Piggie, de Mo Willems, que te permite regodearte en toda la ternura que no te cabe en tu cuerpecito.
Al dejaros en clase, a Papá y a mi nos gusta quedarnos a escuchar el “morning announcement” de Mr Tinnon que cada mañana invita a un momento de mindfulness y a “live love learn and laugh”. Esta mañana os recuerda que hay niños que no tienen la opción de ir al colegio y de la oportunidad que supone para todos el estar ahí.
En todo el año, no recuerdo un solo día en el que Mr Tinnon fallara en su momento de inspiración en su morning announcement. Ni en su newsletter puntual de los lunes por la mañana, anunciando las iniciativas de la semana.
Al dejaros en clase, a Papá y a mi nos gusta quedarnos a escuchar el “morning announcement” de Mr Tinnon que cada mañana invita a un momento de mindfulness y a “live love learn and laugh”. Esta mañana os recuerda que hay niños que no tienen la opción de ir al colegio y de la oportunidad que supone para todos el estar ahí.
En todo el año, no recuerdo un solo día en el que Mr Tinnon fallara en su momento de inspiración en su morning announcement. Ni en su newsletter puntual de los lunes por la mañana, anunciando las iniciativas de la semana.
Maite, vuelves a hablar de tu futuro:
.- ¿Puedo apuntarme al programa de Ingeniería? Nos lo han contado en clase y ¿sabéis qué? Alexa hace más caso a las voces de chicos porque ha sido programada sobre todo por chicos.
.- Hace falta más chicas para programar a Alexa. mami. Yo de mayor quiero ser bailarina profesional, cantante y también Ingeniera.
.- Hace falta más chicas para programar a Alexa. mami. Yo de mayor quiero ser bailarina profesional, cantante y también Ingeniera.
Julia has elegido unas activity cards y Maite unos chicles sin azúcar del wish list que nos envían vuestras profesoras, conectadas a nuestra cuenta de Amazon. Una manera de aportar material al aula en un click, en el que se reconoce vuestra aportación, os hace sentir importantes y os permite contribuir con recursos que no son estrictamente oficiales, y así materializar la creatividad de los profesores.
Recordamos las actividades de la semana a través de los videos y fotos de Seesaw, la aplicación de comunicación diaria con la clase.
.- Mira, en este proyecto hemos sido super creativas Axie y yo, me explicas Julia sobre una foto, inyectada de "positive self talk". El poder del lenguaje, siempre.
Has escrito ya un montón en estas dos semanas, sobre el bichito en tu pie, sobre las dos avispas que te han picado este verano, sobre cómo Santa Claus en Madrid llega mientras estamos cenando. Lo que tiene salir pronto de viaje a la mañana siguiente, hasta Santa se adapta a los ritmos de la familia.
.- ¿Sabes Julia que hace una semana no escribías en inglés? - te recuerdo.
.- Really? Es tan natural hoy en ti que frunces el ceño con gesto de que no va contigo.
Maite, entras en la conversación con tu afán arrollador, y te pido paciencia hasta que acabemos, para darme cuenta que estás conectando la historia de Julia con tu proyecto de ciencia:
.- Hoy hemos dibujado un cerebro en un papel, lo hemos arrugado y pisoteado, y al coger nuevamente la hoja, hemos trazado rayas y puntos sobre las arrugas que tiene el papel. Hay puntos en el cerebro que están muy muy juntos y quizás la escritura en inglés de Julia estaba en los puntos más separados al fondo de su cerebro.
Oui madame.
Hoy nos hemos repartido entre casa de Shannon y Mak con un delicioso brunch y recuerdos del reciente encuentro en Madrid, y casa de Caroline por su fiesta de cumpleaños. Su hermano Zach es un fanático de los cuchillos y ha acabado persiguiendoos por las escaleras con uno de verdad, al grito de “Do you want to see something really creepy?”
La vecina rubia le recrimina y vuelve a la cocina para contárselo en bajito a Chris. Intento enterarme de qué sucede y entro en pánico pensando que el arma que no debía haber utilizado pudiera ser una pistola. Porque en toda casa texana hay armas, y no tenerlas se entiendo como una inconsciente falta de defensa ante un ataque. Este mismo día, nos vamos a dormir con la noticia de una nueva matanza en Texas.
La vecina rubia le recrimina y vuelve a la cocina para contárselo en bajito a Chris. Intento enterarme de qué sucede y entro en pánico pensando que el arma que no debía haber utilizado pudiera ser una pistola. Porque en toda casa texana hay armas, y no tenerlas se entiendo como una inconsciente falta de defensa ante un ataque. Este mismo día, nos vamos a dormir con la noticia de una nueva matanza en Texas.
Tomamos café con Pamela y Paul en el Mozarts, mientras Pedro saluda a las tortugas y los pájaros nos auguran buena suerte desde el árbol. Salen sinergias de proyectos de emprendimiento, intereses comunes, nuevas ideas.
Aprovechamos un sleepover vuestro en casa de Elizabeth para cenar en el Patrizi´s, una terraza pura austinita con un food truck de familia italiana y bombillas de feria, junto con Victor, Marga, Alberto, Carolina, Tito, Jose y Delia, como si no hubiera pasado el tiempo. Me doy cuenta que vuelvo a hablar de la vida de Austin en presente. Tan campante.
Aprovechamos un sleepover vuestro en casa de Elizabeth para cenar en el Patrizi´s, una terraza pura austinita con un food truck de familia italiana y bombillas de feria, junto con Victor, Marga, Alberto, Carolina, Tito, Jose y Delia, como si no hubiera pasado el tiempo. Me doy cuenta que vuelvo a hablar de la vida de Austin en presente. Tan campante.
Llevamos dos semanas aquí y se nos ocurren un million de posibilidades sobre nuestro futuro, y en cada conversación que nos cruzamos, cada persona tiene una idea o posibilidad que añadir, y nos empuja a buscar una versión más grande de nosotros mismos.
Siento ebullición siempre que estamos aquí. Y luego, cuando sobrevolamos el océano de vuelta a casa, junto con la serenidad de volver a lo nuestro, aparecen algunas nubes y todo se vuelve un poco más gris. Y luego nos acostumbramos a esa luz tibia, como cuando vives en un salón sin un gran ventanal, pero te acabas sintiendo a gusto, en tu sofá, con los tuyos. Y eso está bien también.
De momento, y por los días que nos quedan por delante, seguimos exprimiendo el cielo y buscando el rayo de sol entre los chaparrones. Por si acaso.
PD. This is Nurdle the Turtle. Look at his jazz hands, mom!! Did you see his jazz hands????